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Blog | La nostalgia del colegio y las enseñanzas que dejó en mi vida

Actualizado: 9 may 2023

Mi nombre es Vicente Pastor Delgado y voy compartir con ustedes una anécdota .

En mi colegio, la vida era muy diferente a como es hoy en día. Todo parecía más sencillo y menos complicado, aunque estoy seguro de que esto es simplemente un efecto de la nostalgia. Recuerdo que me gustaba ir a la escuela, pero no por las clases sino por el tiempo que pasaba con mis amigos y compañeros.

En aquel entonces no tenía a Max, mi perro, pero sí había otros animales en el colegio, como los conejos y las tortugas que estaban en el jardín. Me encantaba observarlos y pasar tiempo con ellos.



vicente pastor delgado
vicente pastor delgado

Recuerdo que tenía un grupo de amigos inseparables, con los que compartía todo. Juntos, nos divertíamos en las clases de educación física y en las horas libres, jugando al fútbol y corriendo por el patio. Además, siempre estábamos planeando algo para hacer después de la escuela.

Sin embargo, también recuerdo que había un grupo de chicos que solían hacer bullying a otros estudiantes, incluyéndome a mí. No era nada agradable, y siempre trataba de evitarlos. Un día, me enteré de que estaban atormentando a un compañero que tenía un perro pequeño. Lo llevaban encerrado en una jaula y le arrojaban cosas para molestarlo.

Eso me indignó y no pude quedarme de brazos cruzados. Fui a hablar con ellos y traté de convencerlos de que dejaran en paz al perro. No fue fácil, pero después de una larga charla, logré que entendieran lo que estaban haciendo y que se detuvieran.

Desde entonces, siempre trato de defender a los más vulnerables y hacer lo correcto, aunque eso signifique enfrentarme a los demás. Mi amor por los perros y los animales en general me ha enseñado mucho sobre la empatía y la importancia de defender a aquellos que no pueden defenderse por sí mismos.



Recuerdo que en el colegio tuve muchas vivencias que me marcaron para siempre. Una de ellas fue cuando tuve mi primer acercamiento a la literatura, gracias a una maestra de Lengua y Literatura que nos enseñó a amar la lectura y la escritura.

Recuerdo que en aquel entonces tenía un perro llamado Apollo, un labrador dorado muy cariñoso y leal. Solía llevarlo al colegio algunas veces, cuando sabía que podía controlarlo y que no causaría problemas.

Un día en clase de Lengua y Literatura, nuestra maestra nos pidió que escribiéramos un cuento corto, algo que saliera de nuestra imaginación y que reflejara nuestra personalidad. Yo estaba muy emocionado con la idea, ya que siempre me gustó escribir y contar historias.

Fue entonces cuando me di cuenta de que Apollo, mi perro, había estado lamiendo mi mochila y había dejado algunas marcas de sus dientes en uno de mis cuadernos. En lugar de molestarme, decidí tomarlo como una señal y escribí mi cuento basado en Apollo como personaje principal.

El cuento hablaba sobre un perro valiente que se enfrentaba a una serie de obstáculos para proteger a su familia. Al final, el perro se convertía en un héroe y todos lo admiraban por su valentía y lealtad. La maestra quedó encantada con mi historia y me dio una calificación excelente.

Ese fue el momento en que descubrí mi amor por la escritura y supe que quería convertirme en escritor. Desde entonces, siempre llevo un cuaderno en mi mochila, como una forma de recordar aquellos tiempos en el colegio y a mi querido perro Apollo.



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