Cómo ahorrar y gastar al mismo tiempo: mi aventura financiera
Hola, amigos. Hoy les quiero contar cómo he logrado ahorrar dinero y al mismo tiempo darme algunos gustos comprándome cosas que me gustan. Sé que muchos de ustedes tienen el mismo dilema: ¿cómo hacer para no vivir solo para trabajar y pagar cuentas, pero tampoco gastar como si no hubiera un mañana? Pues bien, yo he encontrado un equilibrio que me funciona y quiero compartirlo con ustedes.
Antes de empezar, les quiero aclarar algo: yo no soy ningún experto en finanzas ni tengo un título en economía. Todo lo que les voy a contar es fruto de mi propia experiencia, de mis aciertos y mis errores, y de lo que he aprendido leyendo e investigando por mi cuenta. Así que no esperen que les dé una fórmula mágica ni un plan infalible. Solo les voy a dar algunos consejos prácticos que a mí me han servido y que espero que a ustedes también les sirvan.
Lo primero que les quiero decir es que ahorrar no significa renunciar a todo lo que nos gusta ni vivir como unos ermitaños. Ahorrar significa gastar con sentido común y con responsabilidad, priorizando lo que realmente necesitamos y valoramos, y evitando lo que nos genera estrés o insatisfacción. Ahorrar también significa planificar nuestro futuro y estar preparados para los imprevistos que puedan surgir.
Ahora sí, vamos a ver los consejos que les quiero dar para ahorrar y gastar al mismo tiempo:
Cómo hacer un presupuesto sin morir en el intento. El primer paso para administrar tu dinero es saber cuánto ganas y cuánto gastas cada mes. Para ello, debes hacer un presupuesto personal donde registres todos tus ingresos y todos tus egresos, por más pequeños que sean. Así podrás ver cuál es tu situación financiera actual y tomar decisiones acordes a ella. No olvides incluir en tu presupuesto las cosas que realmente disfrutas, aunque te parezcan innecesarias o caras. Lo importante es que las planifiques y las ajustes a tu capacidad de pago. Por ejemplo, si te gusta salir a comer, puedes hacerlo una vez al mes en lugar de cada semana, o buscar ofertas y descuentos en los restaurantes. Yo sé que hacer un presupuesto puede parecer aburrido o complicado, pero créanme que vale la pena. Yo antes no tenía ni idea de cuánto gastaba ni en qué lo gastaba. Simplemente usaba mi tarjeta de crédito para todo y luego me llegaba el estado de cuenta con una cifra enorme que me hacía sentir culpable y angustiado. Un día decidí poner orden en mis finanzas y me senté a hacer un presupuesto. Fue una tarea tediosa pero reveladora. Me di cuenta de que gastaba mucho dinero en cosas innecesarias o que no me hacían feliz, como suscripciones a servicios que no usaba, ropa que no necesitaba o comida chatarra que me hacía daño. También me di cuenta de que había cosas que me gustaban mucho y que no podía dejar de lado, como los videojuegos, los libros o el cine. Así que decidí hacer un balance entre mis ingresos y mis gastos, y asignar un porcentaje razonable para cada cosa. Desde entonces, llevo un control de mis compras y veo si estoy cumpliendo con mi presupuesto. Y si algún mes me paso un poco, trato de compensarlo al siguiente.
Cómo darse gustos sin sentirse culpable. No todos tenemos los mismos gustos ni las mismas prioridades. Lo que para ti puede ser un lujo, para otro puede ser una necesidad o viceversa. Por eso, debes identificar qué cosas te hacen feliz y te motivan a seguir ahorrando. Puede ser un viaje, un curso, un regalo, etc. Lo ideal es que estos gustos no superen el 10% de tus ingresos mensuales. También debes definir la frecuencia con la que te vas a dar estos gustos: puede ser semanal, mensual, trimestral, etc. Lo importante es que los incluyas en tu presupuesto y los respetes. Yo tengo muy claro qué significa “darme un gusto” para mí: comprar videojuegos. Me encantan los videojuegos desde que era niño y siempre he querido tener los últimos lanzamientos y las mejores consolas. Pero claro, los videojuegos son caros y no puedo comprarlos todos ni jugarlos todos. Así que lo que hago es elegir los que más me interesan y esperar a que bajen de precio o haya alguna oferta especial. También aprovecho las plataformas digitales donde puedo descargar juegos gratis o a muy bajo costo. Y cuando compro un juego nuevo, trato de disfrutarlo al máximo y sacarle todo el partido posible. Así siento que estoy invirtiendo bien mi dinero y no desperdiciándolo. Pero no siempre fue así. Hubo una época en la que me compraba todos los juegos que salían al mercado sin pensarlo dos veces. Me gastaba todo mi sueldo en juegos y luego no tenía para pagar el alquiler o la comida. Era una adicción que me estaba arruinando la vida. Un día me di cuenta de que tenía que cambiar y me puse un límite: solo me podía comprar un juego al mes y solo si lo había probado antes y me había gustado. Al principio fue difícil, pero poco a poco fui acostumbrándome y viendo los beneficios de mi nueva forma de gastar. Ahora disfruto más de cada juego que compro y no me siento culpable por hacerlo.
Cómo encontrar actividades gratis o baratas para divertirse. No siempre tienes que gastar mucho dinero para divertirte o relajarte. Hay muchas opciones gratuitas o económicas que puedes aprovechar para darte un gusto sin afectar tus ahorros. Por ejemplo, puedes visitar museos, parques o bibliotecas públicas; ver películas o series en plataformas digitales; hacer ejercicio al aire libre o en casa; leer libros o revistas; aprender algo nuevo en internet; etc. Estas actividades no solo te ayudarán a ahorrar dinero sino también a mejorar tu salud física y mental. Yo he descubierto que hay muchas cosas que puedo hacer sin gastar mucho dinero y que me hacen sentir bien. Por ejemplo, me gusta mucho leer y siempre estoy buscando libros nuevos para leer. Pero en lugar de comprarlos todos nuevos en las librerías, prefiero ir a las bibliotecas públicas donde puedo sacarlos prestados gratis o a las ferias de libros usados donde puedo encontrarlos a muy buen precio. Así puedo leer todo lo que quiera sin gastar una fortuna y sin acumular libros que luego no sé dónde guardar. Otra cosa que me gusta hacer es ir al cine con mis amigos. Pero en lugar de ir siempre a las salas comerciales donde las entradas son caras y las películas son las mismas de siempre, prefiero ir a los cines alternativos o independientes donde hay más variedad y los precios son más bajos. Así puedo ver películas diferentes y de calidad sin gastar mucho dinero. Pero no crean que siempre he sido tan ahorrador y culto. Hubo una época en la que solo me gustaba salir de fiesta y beber alcohol con mis amigos. Me gastaba todo mi dinero en bares, discotecas y botellas de licor. Era una diversión vacía y superficial que no me aportaba nada bueno ni a mi bolsillo ni a mi salud. Un día me di cuenta de que tenía que cambiar y me puse un límite: solo podía salir de fiesta una vez al mes y solo si tenía dinero suficiente para hacerlo sin endeudarme. Al principio fue difícil, pero poco a poco fui encontrando otras formas de divertirme más sanas y baratas, como las que les he contado.
Cómo cancelar las suscripciones y membresías que no usamos. Muchas veces pagamos por servicios o productos que no usamos o que usamos muy poco, como el gimnasio, el cable, las revistas, las aplicaciones, etc. Estos gastos pueden parecer pequeños pero se acumulan y afectan nuestro presupuesto. Por eso es conveniente revisar nuestras suscripciones y membresías periódicamente y cancelar las que no nos aportan valor o beneficio. Así podremos liberar ese dinero para usarlo en otras cosas más importantes o ahorrarlo. Yo he cancelado varias suscripciones y membresías que no usaba o que no me gustaban. Por ejemplo, tenía una suscripción a una revista de moda que me regalaron por un año, pero nunca la leía porque no me interesaba el tema ni el estilo. Así que cuando se acabó el año, la cancelé y me ahorré el dinero de la renovación. También tenía una membresía a un gimnasio al que iba muy poco porque no me gustaba el ambiente ni las clases. Así que decidí cancelarla y buscar otras formas de hacer ejercicio que me gustaran más y fueran más baratas, como salir a correr por el parque o hacer yoga en casa con videos de internet. Pero no crean que siempre he sido tan ahorrador y consciente. Hubo una época en la que me suscribía a todo lo que veía en internet o en la televisión, sin pensar si lo iba a usar o no. Me suscribía a servicios de streaming, de música, de juegos, de noticias, etc. Tenía tantas suscripciones que ni siquiera sabía cuáles eran ni cuánto me costaban. Era un gasto absurdo e innecesario que me estaba quitando dinero de cosas más importantes o más placenteras. Un día me di cuenta de que tenía que cambiar y me puse a revisar todas mis suscripciones y a cancelar las que no usaba o no me gustaban. Fue una tarea larga y aburrida pero muy satisfactoria. Me sorprendí de la cantidad de dinero que estaba desperdiciando y de lo bien que me sentí al liberarme de esas ataduras.
Cómo ahorrar e invertir con inteligencia. El ahorro no es solo guardar dinero debajo del colchón o en una cuenta bancaria que no genera intereses. El ahorro es poner nuestro dinero a trabajar para nosotros y hacerlo crecer con el tiempo. Para ello debemos buscar opciones de inversión que se adapten a nuestro perfil de riesgo, a nuestro plazo y a nuestro objetivo. Hay muchas alternativas de inversión disponibles hoy en día gracias a la tecnología financiera (fintech), que nos permiten acceder a mercados locales e internacionales desde nuestro teléfono celular y con montos bajos. Lo importante es invertir en activos que entendamos y con un monto que estemos dispuestos a perder. Yo he empezado a invertir hace poco tiempo y todavía estoy aprendiendo mucho sobre el tema. Pero lo que he hecho hasta ahora es abrir una cuenta en una plataforma de inversión online que me ofrece diferentes opciones según mi perfil y mis objetivos. Por ejemplo, puedo invertir en fondos mutuos, acciones, bonos, criptomonedas, etc. Lo bueno es que puedo empezar con poco dinero y diversificar mi portafolio para reducir el riesgo. También puedo ver el rendimiento de mis inversiones en tiempo real y retirar mi dinero cuando quiera. Así siento que estoy haciendo crecer mi dinero y no solo guardándolo. Pero no crean que siempre he sido tan ahorrador e inversor. Hubo una época en la que solo guardaba mi dinero en una cuenta bancaria que no me daba ningún interés ni beneficio. Era como tener mi dinero muerto e inútil. No sabía nada sobre inversiones ni me interesaba aprender. Pensaba que era algo muy complicado y arriesgado, solo para gente rica o experta. Un día me di cuenta de que tenía que cambiar y me puse a estudiar e investigar sobre el tema. Fue una tarea difícil pero interesante. Me di cuenta de que había muchas opciones de inversión al alcance de mi mano y de mi bolsillo, y de que podía aprender a usarlas con un poco de paciencia y disciplina.
Estos son algunos consejos prácticos que yo he aplicado para ahorrar y gastar al mismo tiempo.
Recuerden que el ahorro es un hábito que se construye con el tiempo y que requiere constancia y paciencia.
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